Brasil apabulla a España y hace vibrar al Maracaná

  • Redacción
  • BBC Mundo
Fred y Neymar celebran

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Pie de foto, Fred y Neymar celebran en el Maracaná.

Un día Brasil volvió a ser Brasil. Grande, poderoso. Y España, la que deleita al mundo del fútbol, no apareció en Maracaná. Neymar y compañía apabullaron a un desconocido campeón del mundo (3-0) para ganar la tercera Copa Confederaciones de forma consecutiva.

Vibró, y celebró, Brasil, un país inmerso desde hace semanas en protestas sociales, con manifestaciones que se dieron mientras se disputaba el partido fuera del estadio en Río de Janeiro.

Pero nada de eso importó adentro. Era el día en que el cuestionado equipo de Luiz Felipe Scolari se reencontró con la afición, sin jogo bonito pero con presencia, a la altura de la definición.

Brasil salió a matar y España, quizá agotada tras los 120 minutos en la semifinal del jueves, nunca apareció. Y la fiesta fue brasileña.

Sin respiro

Era el choque entre el pentacampeón del mundo y el actual monarca. Y si el partido prometía, el arranque no decepcionó.

Tras un himno brasileño que puso la piel de gallina al Maracaná, Brasil sacó ventaja rápidamente.

Al minuto y 36 segundos, Fred conectó desde el piso un centro, batió a Casillas y puso el 1-0.

En un partido tenso, de dientes apretados, España no era España.

Festejo de Brasil

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Pie de foto, Fred anotó dos goles para la victoria brasileña.

Peleaba. No jugaba. Iniesta y Xavi aparecían en cuentagotas, lo hacían pero sin generar daño. Julio César, el golero brasileño, era casi un espectador más.

La Roja no asustaba. Y Brasil, replegado tras el gol, intimidaba más.

Oscar tuvo el segundo cuando quedó solo frente a Casillas, Arbeloa se llevó una amarilla, que pudo ser roja, tras tocar a Neymar, quien partía solo desde la mitad del campo.

España temblaba. España estaba desconcertaba. Y el Maracaná celebraba.

Apenas en el minuto 40, los de Del Bosque inquietaron a Julio César. En la primera llegada seria de España, Mata dejó solo a Pedro y, superado el golero, sólo una soberbia estirada de David Luiz evitó el empate de Pedro.

La historia podría haber cambiado allí.

Pero tres minutos después, Neymar, con su cuarto gol en cinco partidos en el torneo, le rompió el techo del arco a Casillas.

Oscar la mantuvo hasta que vio a la próxima estrella del Barcelona, increíblemente, sola. Neymar soltó el latigazo de izquierda y hundió aún más a España.

La debacle

Si Del Bosque logró motivar a los suyos en el entretiempo, fue en vano. A los 2' de la segunda parte, Brasil estiró la ventaja y puso a La Roja a desangrarse.

Piqué ve la roja tras falta a Neymar

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Pie de foto, Piqué se fue expulsado tras cometerle una falta a Neymar.

A pase de Hulk, Fred liquidó el partido con una definición rastrera al palo izquierdo de Casillas para poner el 3-0.

España, cada vez menos cómoda en la cancha, tuvo la oportunidad de descontar de penal.

En el 53', Marcelo tocó a Navas en el área, pero Ramos la tiró afuera.

Luego, un partido abierto, desordenado, con la constante de que el peligro iba de la mano de los locales.

Los españoles perdieron la tranquilidad y se quedaron con uno menos. Piqué bajó a Neymar cuando encaraba hacia el área y fue merecidamente expulsado.

A partir de ahí, una agonía para el campeón del mundo, un esfuerzo para evitar algo más doloroso. Julio César tapó un par, pero en una noche que no le salió nada, lo mejor era el final.

España sufrió su derrota más amplia en un partido oficial en la era de del Bosque, y se le acabó un invicto de 29 partidos, pero le queda el consuelo de que el Mundial, el que importa, es en un año.

Para Brasil, una celebración necesaria. Aire para Scolari. Un trofeo que descomprime y que permite que, al menos por unos meses, el mítico Maracaná duerma en paz.