México: la campaña en Twitter que exige el regreso de los estudiantes desaparecidos
- Juan Carlos Pérez Salazar
- BBC Mundo, Ciudad de México
Fuente de la imagen, Getty Images
Lleva 26 días escuchándose de diversas maneras y en distintos lugares, pero en el fondo es el mismo reclamo: traigan de regreso, sanos y salvos, a los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero.
Y este miércoles se volvió un grito virtual: #EPNBringThemBack (Enrique Peña Nieto, tráelos de regreso). Este "hashtag" se convirtió en uno de los más populares en México.
También tuvo resonancia internacional, no sólo por ser en inglés, sino por su similitud con un grito lanzado hace un año en el otro extremo del mundo: en Nigeria, para reclamar el regreso de las 200 niñas secuestradas por el grupo Boko Haram (#BringBackOurGirls).
El "hashtag" también es utilizado para tratar de saltar de la protesta virtual la real: muchos lo usan para convocar a las marchas que se realizan este miércoles en México -y algunas ciudades del mundo- para exigir mayor acción de las autoridades.
Día de protestas
Fuente de la imagen, BBC World Service
Una de las principales manifestaciones se llevará a cabo en Ciudad de México, a las 7 de la noche, cuando estudiantes marcharán a la luz de velas por la conocida Avenida Reforma.
El próximo viernes se cumple, por día, un mes desde la desaparición de los 43 estudiantes luego de ser perseguidos y tiroteados por policías municipales y sicarios de la organización criminal Guerreros Unidos en la población de Iguala, a poco más de tres horas por carretera del Distrito Federal.
Desde entonces se les ha buscado por tierra y aire, no sólo por la policía federal y el ejército, sino por los propios padres y por policía comunitarios, quienes han rastrillado las montañas alrededor de Iguala.
Se ha descubierto el nivel de penetración de los Guerreros Unidos en la alcaldía de Iguala y en otros municipios.
Pero de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, nada. Parecen haberse desvanecido en el aire.
Lo que claman por ellos desde las calles y los espacios virtuales esperan que sus gritos no sean en vano.
