¿Qué tan serias son las tensiones entre China y Japón?

barcos chino y japonés
Pie de foto, Japón y China no se ponen de acuerdo sobre las Senkaku/Diaoyu.

Una disputa por ocho islas pequeñas, rocosas y deshabitadas en el Mar de China Oriental ha afectado las relaciones diplomáticas entre China y Japón. En la más reciente polémica, Tokio acusó a Pekín de usar radares que sirven para apuntar misiles contra una de sus embarcaciones en aguas cerca de las islas, llamadas Senkaku en Japón y Diaoyu en China.

Cinco expertos analizan qué tan seria es la situación entre estos dos gigantes asiáticos desde diferentes perspectivas y con base en los actores interesados.

Visión general: Christopher Hughes

Se trata definitivamente de la situación más seria en las relaciones entre China y Japón en el periodo de la posguerra en términos del riesgo de un conflicto militar.

Estamos ante la coincidencia de dos regímenes en China y Japón que están enfrentando crisis de legitimidad y la tentación de enfocarse en asuntos nacionalistas para compensar. Pero claramente esto es muy peligroso tanto para las relaciones internas como externas.

Ni Japón ni China admitirán que desde su perspectiva hay un tema de soberanía que puede ser cuestionado y, por tanto, llevado a cualquier tipo de arbitraje internacional. Estas posiciones absolutistas significan que el tema nunca puede ser resuelto y, en cualquier caso, la opinión política doméstica no lo permitiría.

Por ello, lo mejor que se puede esperar es que ambas partes traten de mantener el tema en niveles de tensión lo más bajos posibles y se enfoquen en asuntos en los que pueden cooperar.

Significará que los diplomáticos estarán ocupados tratando de controlar anuncios provocadores y en algún momento tendrá que haber interacción entre el liderazgo político de mayor rango.

El lado japonés, a pesar de los fuertes discursos y de su intención de no comprometer la soberanía, no quiere que la temperatura suba aun más en el tema, y tratará sigilosamente de comenzar un diálogo para minimizarlo. Pero es difícil decir si China estará dispuesta a responder, y ciertamente tratará de mantener la presión con actividades alrededor de las islas.

<italic>Christopher Hughes es profesor de Política Internacional y Estudios de Japón en la Universidad de Warwick, en Reino Unido.</italic>

China: Victor Gao

China considera la "nacionalización" de las islas Diaoyu por el gobierno japonés en septiembre de 2012 como una provocación seria y hará todo lo que sea necesario para asegurar su soberanía sobre ese territorio.

Japón está utilizando más y más buques y aviones de guerra alrededor de las islas y está tratando de involucrar a Estados Unidos de su lado en esta disputa. Pues si bien Washington no ha tomado una posición en el tema de la soberanía, sí ha reafirmado que reconoce que Japón ejerza derechos administrativos sobre las Diaoyu, y está pidiendo que el Tratado de Defensa entre Japón y Estados Unidos se aplique a las islas.

No se necesita más conocimiento para concluir que cualquier otra provocación o incidente mayor en esta situación explosiva puede cruzar el límite. Si Japón quiere instigar un conflicto armado que podría eventualmente poner a China y a Estados Unidos en lados contrarios, sería una fantasía imaginar que cualquier enfrentamiento de este tipo podría permitirle a uno de los lados superar completamente al otro sin una intensificación rápida de una guerra convencional a una no convencional.

banderas de China y Japón
Pie de foto, La disputa entre China y Japón tiene implicaciones para el resto de la región.

Las tres economías más grandes del mundo, Estados Unidos, China y Japón no tienen nada por ganar y sí todo por perder en un conflicto armado de esa índole, y el mundo en general sufriría consecuencias desastrosas.

Por eso es hora de que haya una mayor valentía, sabiduría y visión para prevenir que las tensiones sigan aumentando entre China y Japón. Es hora de crear más paz, estabilidad y reconciliación en el noreste de Asia.

<italic>Victor Gao es director de la Asociación Nacional de China para los Estudios Internacionales, vinculada al Ministerio de Relaciones Exteriores de China.</italic>

Japón: Tetsuo Kotani

La situación alrededor de las islas Senkaku es muy peligrosa. No hay disputa territorial según se define legalmente, pues los reclamos de China por las islas no tienen consistencia ni fundamento legal. Por eso China intenta cambiar el status quo territorial a la fuerza.

China le quitó a Filipinas con éxito el control del arrecife Scarborough en el Mar de la China Meridional el año pasado, al enviar barcos paramilitares al arrecife. Pero esto no funcionará con Japón, pues la Guardia Costera de Japón es mucho más capaz.

La marina china es inmadura y sus barcos paramilitares a veces pierden la maniobrabilidad en las aguas turbulentas que rodean a las Senkaku. Sus fuerzas militares también han actuado de manera provocadora, como por ejemplo usando radares para apuntar misiles contra barcos y aeronaves japonesas. Como tal, existe la posibilidad de que haya accidentes y una intensificación.

Japón no tiene intención de intensificar la situación. Está respondiendo con moderación y al tiempo mantiene los canales de comunicación abiertos. Es responsabilidad de China explicar por qué se mantuvo en silencio sobre las islas durante 76 años entre 1895 y 1971. Hay incluso documentos y mapas en los cuales China reconoció las islas como territorio japonés.

China debería parar de cuestionar la legitimidad de Japón por la fuerza y, en cambio, debería adoptar medios pacíficos. Si China quiere solucionar esto en una corte, el gobierno japonés aceptaría el reto de un acuerdo con la ley internacional. Al hacerlo, sin embargo, China debe estar preparada para aceptar el dictamen, incluso si no es en su favor.

Es difícil prever una "solución" pues la pregunta no es sobre la pertenencia de las pequeñas islas. Tampoco es sobre nacionalismo territorial o de recursos. Detrás de la postura de línea dura de China con respecto a las islas está la estrategia antiacceso/negación de área (A2/AD).

A2/AD se basa en una vigilancia oceánica amplia para detectar y localizar fuerzas enemigas que se acercan. Entre las armas relevantes de la estrategia A2/AD se encuentran una flota amplia de submarinos y aeronaves en tierra con misiles antibuque.

Por eso, para realizar vigilancia oceánica bloqueando las actividades de vigilancia extranjeras, China reclama casi todas las aguas en los mares de China oriental y meridional, así como el Mar Amarillo. Si China adopta medidas pacíficas para hacer sus demandas, yo creo que Japón y China pueden resolver la confrontación por las islas y aliviar las tensiones. Pero eso requeriría un gran cambio en el pensamiento estratégico de China.

<italic>Tetsuo Kotani es investigador docente del Instituto Japonés de Relaciones Internacionales (JIIA), un centro de estudios con vínculos cercanos al Ministerio de Relaciones Exteriores.</italic>

Estados Unidos: Richard Bush

Estados Unidos está en riesgo de verse involucrado en conflictos entre países que son sus amigos y socios.

China, Taiwán y Japón reclaman las islas Senkaku/Diaoyu, mientras China, Taiwán y varios países del sudeste asiático reclaman varias formaciones terrestres en el Mar de China Meridional. Tras estos reclamos está una creciente disputa por hidrocarburos y recursos minerales y de pesca.

A Estados Unidos no le interesan los choques en ningún nivel porque lo obligan a escoger entre países con los que busca tener buenas relaciones. Washington continuará aconsejando moderación entre los contendientes (China se ha convertido merecidamente en el principal receptor). Pero Estados Unidos tiene tanto la necesidad como la oportunidad de facilitar, a través de la diplomacia silenciosa, una reducción en la probabilidad de choques físicos y tensiones relacionadas.

La meta debería ser estimular a los países en cuestión para que regulen las operaciones de sus agencias marítimas a través de la adopción de mecanismos para evitar conflictos y medidas institucionalizadas para reducir los riesgos.

<italic>Richard Bush es director del Centro para el Estudio de las Políticas del Noreste de Asia, en el Instituto Brookings.</italic>

Asean: Lye Liang Fook

La forma en que se han desarrollado las disputas en las islas Senkaku/Diaoyu entre China y Japón tiene implicaciones para las relaciones de la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático (Asean) con China.

La Asean, formada por diez países más pequeños, fue testigo de cómo China adoptó varias medidas en respuesta a la nacionalización japonesa de las islas.

A pesar de los forcejeos continuos por aire y por mar por las islas, China aparentemente apretó sus tornillos económicos con Japón. Por ejemplo, han caído las ventas en China de las compañías japonesas, especialmente las productoras de automóviles.

El miedo de los países que conforman la Asean es que Pekín haga uso de su creciente dependencia económica con China para forzarlos a ceder en temas que Pekín considera de interés nacional.

Filipinas, por ejemplo, ha estado tambaleando por las diferencias con China sobre el arrecife de Scarborough. Lo que comenzó como pesca ilegal por parte de marineros chinos en aguas cercanas al arrecife en abril de 2012 terminó en una disputa que duró varias semanas.

Simultáneamente, las exportaciones de Filipinas a China fueron revisadas de manera más intensa, y a los ciudadanos chinos se les recomendó no visitar Filipinas. Lo más interesante es que si bien los barcos gubernamentales filipinos se retiraron del área del arrecife tras un acuerdo aparentemente firmado entre ambas partes en junio de 2012, parece que los barcos del gobierno chino no han cumplido. En esta disputa, Filipinas reaccionó primero.

Aunque parece haber ganado esta "batalla" por el arrecife, puede terminar siendo una victoria pírrica. Dado su peso, China perdería mucha credibilidad en la Asean si persiste con su enfoque de mano dura. En vez de eso, a la Asean le gustaría que China buscara un acuerdo basado en el "beneficio mutuo" y el "respeto mutuo", para utilizar el lenguaje diplomático chino.

Eso implicaría que China debe sentarse con los países demandantes de la Asean e incluso con la propia Asean como organización para diseñar una forma de manejar sus diferencias. Al progresar mediante el diálogo, China puede reafirmar su mensaje de desarrollo pacífico a sus vecinos más pequeños.

China también puede minimizar la participación de otros países no involucrados directamente en las disputas territoriales.

<italic>Lye Liang Fook es director asistente del Instituto para el Este de Asia, en la Universidad Nacional de Singapur.</italic>