Maria-Teresa Tess Asplund, la mujer que desafió a 300 neonazis en Suecia y su foto se convirtió en viral

  • Antía Castedo
  • BBC Mundo
Tess Asplund

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Maria-Teresa Tess Asplund tiene 42 años y nació en Cali (Colombia), donde fue adoptada a los siete meses.

Se llama Maria-Teresa Tess Asplund y, sin pretenderlo, se ha convertido en un símbolo contra el racismo.

Esta menuda mujer de 50 kilos se enfrentó ella sola a un grupo de unos 300 neonazis durante una manifestación el domingo pasado en Borlänge, un pueblo del centro de Suecia de 50.000 habitantes.

Ese día, unos tres centenares de militantes del partido de extrema derecha Movimiento de Resistencia Nórdico marchaban desafiantes por las calles del pueblo, cuando Asplund les plantó cara.

La imagen del instante en que ella, con el puño en alto, se enfrenta a los líderes neonazis de la manifestación, se ha hecho viral.

Asplund estaba muy enfadada y actuó por un impulso, según cuenta.

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Asplund estaba muy enfadada y actuó por un impulso, según cuenta.

Y ahora ella, asombrada por la repercusión que ha tenido el gesto, dice estar al mismo tiempo orgullosa y asustada por la reacción que puedan tener los extremistas.

"Estoy un poco asustada y preocupada", le dijo Asplund a BBC Mundo.

La activista tiene 42 años, dos hijas, y nació en Cali (Colombia), donde fue adoptada cuando tenía siete meses por una familia sueca.

Un impulso

"De pronto apareció y se puso frente de los líderes de la marcha", le explica a BBC Mundo David Lagerlöf, uno de los fotógrafos que capturó el gesto de Asplund.

"Fue muy emotivo. Lo hizo sola, en situación de vulnerabilidad. No podía hacer nada contra ellos, que tienen un historial de violencia y crimen", afirma.

La policía sueca detuvo a un grupo de neonazis en una manifestación no autorizada en enero, en Estocolmo.

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La policía sueca detuvo a un grupo de neonazis en una manifestación no autorizada en enero, en Estocolmo.

Asplund, que lleva 26 años siendo activista contra el racismo, dice que en el momento no pensó en lo que estaba haciendo.

"Estaba enfadada. ¿Cómo podían haber obtenido permiso para manifestarse, como si la calle fuera suya?", se pregunta.

"Fue un impulso, no lo pensé".

Los neonazis pedían la expulsión de inmigrantes y proferían insultos contra distintos políticos por "traicionar" al pueblo.

"Uno de ellos me miró y yo le devolví la mirada. No dijo nada, y yo tampoco. La policía me sacó", explica.

La decisión de permitir la marcha neonazi, el 1 de mayo, había generado polémica en días anteriores en Borlänge, pero las autoridades la defendieron.

"Hay una ley constitucional en Suecia para expresar libremente opiniones y reunirse", dijo a Radio Suecia Stefan Dangardt, portavoz de la policía de Borlänge, unos días antes.

La decisión de permitir la marcha fue muy polémica.

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La decisión de permitir la marcha fue muy polémica.

El día que Asplund desafió a los neonazis también se manifestaron el Partido Sociademócrata, el Partido de Izquierda y la organización sin ánimo de lucro Dalarna contra el racismo y, según reportes, lograron reunir a más gente.

"Conmocionada"

Fue muy emotivo. Lo hizo sola, en situación de vulnerabilidad"

David Lagerlöf, fotógrafo

Los movimientos neonazis han aumentado en Suecia y en otros países europeos como resultado de la crisis migratoria.

Borlänge, donde tuvo lugar el gesto de Asplund, ha sido tradicionalmente un feudo de la izquierda, pero según la prensa sueca, ha crecido el apoyo a la extrema derecha.

En el conjunto del país, el partido antiinmigrantes Partido de los Demócratas Suecos, es la tercera fuerza política.

Suecia es uno de los principales destinos para los refugiados y migrantes que intentan llegar a Europa.

Sweden

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Los refugiados han sido blanco de ataques por parte de grupos neonazis.

La reacción que ha tenido el gesto, con miles de alabanzas y comentarios favorables en redes sociales, sorprendió a Asplund, quien dijo que estaba "conmocionada".

También dijo sentirse orgullosa porque cree que quizás la foto sirva para que la gente ponga más atención a la lucha contra el racismo y la xenofobia.

Pero también cree que a partir de ahora tendrá que andar con más cuidado.

"Soy una activista muy conocida. A los neonazis ya no les gustaba. Ahora me odian", dice.