¿Realmente hay una ofensiva de las guerrillas colombianas?

  • Arturo Wallace
  • BBC Mundo, Bogotá (@bbc_wallace)
Miembros de la policía antinarcóticos de Colombia observan una explosión.

Fuente de la imagen, AFP

Pie de foto, En los últimos meses las noticias de ataques y atentados de la guerrilla colombiana, o de enfrentamientos con la fuerza pública, han sido cada vez más frecuentes en la prensa colombiana.

El conflicto colombiano es impredecible, pero al momento de escribir estas líneas la semana se insinúa relativamente tranquila en materia de ataques o enfrentamientos armados.

O por lo menos ésa es la sensación que se desprende leyendo los medios de comunicación locales, que no le han dado mayor despliegue a varios eventos en el sur del país: atentados en contra del oleoducto Transandino en Putumayo y dos policías heridos por hostigamientos guerrilleros en Tumaco.

En contraste, la semana pasada la sensación era que el conflicto se había calentado. Entre otras cosas porque al país lo sacudió la noticia de la muerte de siete policías en Córdoba, en el norte colombiano.

Según las autoridades, la acción –una de varias reportadas esa semana– fue realizada por las FARC en complicidad con la banda criminal de Los Urabeños, ahora conocida como Clan Úsuga. Una acusación –la de colaboración– que el grupo guerrillero rechaza.

Escarapela con insignia de las FARC.

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Pie de foto, Según las autoridades colombianas, las FARC mantienen poco menos de 7.000 hombres en armas.

Y esa es, en cualquier caso, la dinámica del conflicto en Colombia: duros recordatorios de su vigencia seguidos por una aparente calma, especialmente cuando las actividades guerrilleras no son consideradas dignas de ocupar la primera plana.

Porque la realidad es que el conflicto nunca ha parado.

Mientras que la pregunta de si los grupos insurgentes están más activos ahora que antes tiene respuestas diferentes dependiendo de con qué período de tiempo se les compare.

Mecanismo de presión

Efectivamente, según las cifras del propio Ministerio de Defensa los "actos de terrorismo" –como acostumbra llamar a las acciones de las FARC y el ELN– empezaron a aumentar significativamente después de 2011, cuando se registraron 571 ataques.

Pero en 2013 se produjeron menos acciones que en 2012. Aunque la diferencia solo fuera de cuatro: de 894 a 890, para un promedio de más de dos ataques diarios.

Mientras que los "actos de terrorismo" registrados entre enero y agosto de este año –541, siempre según el Mindef– también son inferiores a los del mismo período en los dos últimos años.

Aunque esa no sea la impresión que tiene la mayoría de los colombianos.

Retéen de las FARC en el departamento de Cauca.

Fuente de la imagen, AFP

Pie de foto, A pesar de los esfuerzos de la fuerza pública las guerrillas todavía mantienen una importante presencia en varios departamentos de Colombia.

"Desde 2012 (cuando empezaron las negociaciones paz entre gobierno y FARC) se ha visto un aumento importante en el número de acciones guerrilleras, aunque con un comportamiento muy errático", le explica a BBC Mundo Jorge Restrepo, el director del Centro de recursos para el Análisis de Conflictos, Cerac.

"Hay meses en los que casi desaparece por completo el ELN y al otro mes tiene una aumento sustancial. Mientras que en el caso de las FARC, las oleadas de violencia se ven magnificadas por causa de las varias treguas que han decretado", agrega.

Y, ciertamente, a cada una de los cese del fuego declarados unilateralmente por las FARC en el marco del proceso de paz le ha seguido un aumento de atentados y ataques.

Mientras que para el ex viceministro de Defensa Rafael Guarín, la búsqueda de una tregua bilateral es, de hecho, una de las razones que explican la mayor actividad del más grande de los grupos insurgentes colombianos.

Delegados de las FARC a la mesa de diálogo de La Habana.

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Pie de foto, El aumento de los ataques de las FARC coincide con el inicio del proceso de paz de La Habana. Y muchos los interpretan como una forma de presión, un intento de mostrar fuerza para obtener mayores concesiones en la mesa de diálogo.

"Las FARC entienden el proceso de negociación como la combinación de los diálogos en La Habana con el ejercicio de la fuerza en Colombia, en el entendido que eso les permite mostrar fortaleza y tener una posición más dura en la mesa para efectos de la negociación", le dice a BBC Mundo.

"Y desde el primer día las FARC han insistido en un cese al fuego bilateral, recuerda Guarín".

"Entonces se trata no sólo de poder tener una posición mucho más dura en la mesa de La Habana, sino de ir subrayando la necesidad de un cese bilateral como resultado del escalamiento de acciones violentas", sostiene el analista.

Cambio de estrategia

Desde esa perspectiva, el proceso de paz sería el causante indirecto del aumento de atentados y ataques, pues la mayor actividad del ELN también se explicaría como un intento por presionar por una pronta inclusión en las pláticas.

Aunque tanto Restrepo como Guarín coinciden en que la mayor frecuencia de actividades guerrilleras también es el resultado de un cambio de estrategia que venía gestándose desde antes del inicio de los diálogos.

"La guerrilla está conducido más la guerra 'como debe ser': como una guerra de guerrillas", explica Restrepo.

Guerrilleros de las FARC

Fuente de la imagen, BBC World Service

Pie de foto, ¿Una imágen del pasado? Los grandes despliegues militares de las FARC han sido sustituidos por golpes de mano y atentados llevados a cabo por pequeños grupos, a menudo con la ayuda de milicianos.

Y Guarín destaca como el grupo insurgente se ha adaptado a la estrategia de seguridad del estado colombiano, limitando por ejemplo el impacto de la fuerza aérea privilegiando a sus redes de milicianos, movilizándose en grupos pequeños y reduciendo el tamaño de sus campamentos.

"Hace ya varios meses que no aparece un titular en la prensa sobre operaciones beta de bombardeos a campamentos de las FARC", hace notar el ex vice ministro de defensa.

"Y la política de consolidación que pretendía ganar legitimidad para el estado en zonas de influencia de las FARC con componentes de intervención social fue desmontada en este gobierno", sostiene Guarín, quien considera que eso le ha permitido a las FARC sostenerse y, en algunos territorios, hasta fortalecerse, a pesar de estrategias nuevas como "Espada de Honor", con la que el ejército colombiano ha intentado responder a los cambios antes mencionados.

¿Con qué consecuencias?

Por lo demás, también es cierto que el cambio en la forma de operar de los guerrilleros significa también que el mayor número de acciones de los años recientes no necesariamente se traduce en un mayor impacto desde el punto de vista militar.

Después de todo se trata en su mayor parte de golpes de mano. Han aumentado los hostigamientos, pero se han reducido los ataques frontales, según las cifras del Ministerio de Defensa.

Y las FARC están lejos de amenazar con la toma de pueblos y ciudades, como hace 20 años.

Como hace notar Restrepo, sin embargo, las emboscadas, y los atentados en contra de la infraestructura económica –como carreteras, puentes, oleoductos, vías de comunicación y torres de transmisión de energía– "tienen un componente de generación de sensación de inseguridad que es muy efectivo para la guerrilla".

Y el efecto acumulativo de este tipo de operaciones también hace que la sensación de inseguridad vaya creciendo, a pesar que las cifras oficiales indican una reducción de las voladuras de oleoductos y torres de energía en relación con el año pasado.

Aunque ciertamente el problema no es uno de percepción: "Hoy en día claro que hay más inseguridad relacionada con el conflicto que hace cuatro o seis años. Especialmente en algunas regiones y algunos sectores, como el petrolero", afirma el director del Cerac.

"Pero eso para nada quiere decir que se hayan revertido todas las ganancias que se lograron durante los ocho años del gobierno de Uribe, los dos últimos años del gobierno de Pastrana y los dos primeros del gobierno de Santos, antes del proceso de paz", asegura Restrepo.

"No se han perdido territorios, ellos no han ganado zonas de movimiento logístico, nunca se ha permitido que establezcan nuevas bases, no ha habido una reversión en términos estratégicos, ni tácticos, ni políticos", sostiene.

Vícitmas de las FARC

Fuente de la imagen, afp

Pie de foto, ¿Error de cálculo? Los atentados y ataques de las FARC no les granjan simpatía entre la mayoría de la población colombiana, que tendrá que aprobar cualquier acuerdo de paz.

A Guarín, sin embargo, le preocupa el efecto que la lenta evolución del conflicto pueda tener para el proceso de paz colombiano.

"Las FARC se mantienen en la conclusión de que el estado no es capaz de derrotarlas y por tanto no van a ceder en algunas de sus pretensiones. Y tampoco tienen un aliciente para llegar rápidamente a un acuerdo para la terminación del conflicto", afirma el ex vice ministro de Defensa, quien es un crítico de las conversaciones de La Habana.

"La falta de una presión militar efectiva sobre la guerrilla lejos de contribuir a la paz lo que hace es alejarla, hacer que se vea más lejos y con un precio cada vez más alto para el estado y la población colombiana", concluye el analista.

A menos, claro está, que las FARC eventualmente reconozcan que sus atentados no les están granjeando ninguna simpatía con la población que tendrá que aprobar cualquier acuerdo y no quieran correr el riesgo perder en un referendo lo ganado en la mesa de negocaición a costa de tanta sangre.