Las vidas que Obama sacó y dejó "en las sombras" con medida migratoria

  • Redacción
  • BBC Mundo
Familia.
Pie de foto, Envueltos en la bandera estadounidense, la nicaragüense Bertha Sanles y su familia celebraron su regularización.

De un plumazo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha cambiado las vidas de casi cinco millones de personas.

Con la medida ejecutiva que firmó este viernes los inmigrantes indocumentados beneficiados podrán "salir de las sombras", como él mismo ilustró.

Desde su entrada en vigencia, no tendrán que temer a ser descubiertos por las autoridades, lo que generalmente acaba en una orden de deportación y la separación de la familia.

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Se estima que en EE.UU. viven unos 11 millones de indocumentados. De ellos, el mayor grupo de beneficiados lo componen los padres de hijos nacidos en EE.UU. o residentes permanentes, que hayan vivido en el país por al menos cinco años.

Una de las agraciadas, Bertha Sanles, que llegó desde Nicaragua a Miami hace 14 años, le dijo al reportero de BBC Mundo Fernando Peinado que tiene muchos planes para su nueva etapa en Estados Unidos.

Entre ellos, comprar una casa, obtener una licencia de conducir, estudiar una carrera y conseguir un mejor trabajo.

"Siento que por fin se me abren las puertas de este país", dijo Sanles, de 37 años poco después de conocer el anuncio.

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Sanles y su marido Ray Cayasso, un trabajador de la construcción de 40 años, se beneficiarán de las medidas de Obama gracias a que son padres de una hija nacida en EE.UU..

La pequeña Leah nació hace nueve años en el país y eso le otorgó la ciudadanía. Su hermana Christell, de 20, nacida en Nicaragua, ya se había beneficiado de la acción diferida, aprobada por Obama hace un par de años.

Este jueves, cuando Obama anunció por televisión los detalles de la regulación, la familia entera asistió a un evento organizado por activistas en Miami para ver en directo el discurso.

Envueltos en la bandera estadounidense, posaron sonrientes para los medios de comunicación.

"Esta foto representa que queremos ser parte de esta gran nación. Que un día queremos ser americanos", dijo la madre.

Sanles limpia casas en el área de Miami, pero sueña desde hace tiempo con estudiar enfermería.

Cuenta que en Miami ha estudiado algunos cursos de formación en el área de sanidad, pero nunca dio el paso de incribirse en la universidad porque temía que tres años de estudio y decenas de miles de dólares fueran a ser invertidos en vano.

Inmigrantes.
Pie de foto, En todo el país se organizaron eventos para ver el anuncio de Obama en directo.

Al solicitar un trabajo cualificado muchos empleadores verifican la situación migratoria del aspirante.

Comprar una casa y ponerla a su nombre es también algo que pronto podrán hacer Sanles y su marido.

Hasta ahora han estado alquilando, algo que en el sur de Florida resulta para muchos más caro que invertir en un hogar.

"Llevamos desde jóvenes ahorrando y por fin vamos a hacer nuestro sueño realidad", dice Sanles.

"Seguir peleando"

Pero las medidas de Obama dejan fuera a un número mucho mayor de indocumentados, que se estima en unos 7 millones.

Maru Galván, estilista de origen mexicano residente en California, llegó hace 15 años a EE.UU. y vive con su marido y sus dos hijas en Los Ángeles.

Su caso es el de muchos otros. Inmigrantes que llevan a veces décadas en el país y no tienen hijos ciudadanos.

"La verdad es que el anuncio del presidente lo vivimos con tristeza. Hemos luchado mucho", le dijo Galván al reportero de BBC Mundo Jaime González.

Manu Galván

Fuente de la imagen, MANU GALVAN

Pie de foto, Galván no puede ejercer su profesión de estilista en EE.UU. porque carece de seguro social.

"No me parece justo ¿Por qué hacen diferencias? ¿Qué tiene que ver que tengas un hijo ciudadano o residente? Estamos contribuyendo igual a este país", aseguró Galván.

La mexicana dijo que no puede ejercer su profesión de estilista en EE.UU. porque carece de número de seguro social.

Sus hijas, de 24 y 22 años, también pudieron beneficiarse de la acción diferida aprobada por Obama hace un par de años.

Ahora esperaba ser incluida por las medidas de Obama, ya que durante la semana se especuló con que los padres de hijos en esa situación se iban a ver beneficiados.

"Estos dos años no hemos parado y ahora no nos queda otra opción que seguir peleando", dijo Galván, quien hace unos meses participó en una huelga de hambre con activistas e incluso fue detenida en Washington durante una protesta en la que se pedía una reforma migratoria.