Irán y su intento por ejercer influencia

  • María Esperanza Sánchez
  • BBC Mundo
Mahmoud Ahmadinejad y Evo Morales
Pie de foto, Ahmadinejad con posesión de la bola tras el pase que le hizo Evo Morales.

El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, anotó un gol durante un juego de fútbol en Teherán esta semana luego del pase que recibió de su par boliviano, Evo Morales, de visita allí. El hecho es quizás simbólico de cómo Irán está tratando de tomar control de la pelota en su estrategia para sortear su aislamiento internacional.

Pero el gobierno iraní se anotó otro gol más importante aún con la visita. Bolivia acaba de afirmar que tiene 70% de las reservas mundiales de litio, vital para la fabricación de todo tipo de baterías. E Irán ya había establecido con el país sudamericano un acuerdo de cooperación para explotar ese metal.

La presencia de Morales en Teherán no es el único ejemplo que se ha visto recientemente de cómo Irán está peleando por lograr mayor influencia internacional.

Una semana antes, el presidente venezolano, Hugo Chávez, dejó Teherán con 11 memorandos de acuerdo bajo la manga, que incluyen la creación de una compañía petrolera común. Y este lunes, el presidente afgano, Hamid Karzai, admitió que su oficina recibe recursos de Irán, tal como había informado con anterioridad el diario estadounidense New York Times.

Tanto el dinero que recibe Karzai, como los crecientes lazos de Irán con América Latina son un buen reflejo de la política exterior iraní en este momento, dijo a BBC Mundo Ángeles Espinosa, corresponsal en Teherán del diario español El País.

"En este momento político en que Irán se ve aislado por las potencias occidentales, Teherán ha intentado reforzar dos elementos: uno la relación con países de su región con el que ya existen lazos históricos y otro los países que podríamos agrupar en un frente antiestadounidense, y ahí es que probablemente se incluyen esos países latinoamericanos a los que está acercándose", señaló Espinosa.

Presencia en América Latina

Lula da Silva y Mahmoud Ahmadinejad
Pie de foto, Brasil ha defendido el derecho de Irán de desarrollar un programa nuclear con fines pacíficos.

En América Latina, esa estrategia le ha permitido a Irán anotarse varios goles en los últimos años.

Además de buscar respaldo internacional sobre todo para su programa nuclear, Irán ha logrado un aumento importante de sus lazos comerciales. Según se desprende de datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), su comercio con la región se ha triplicado desde 2007.

Irán abrió oficinas comerciales y embajadas en países donde antes no tenía, como Chile, Bolivia, Uruguay, Colombia, Ecuador y Nicaragua.

Aunque Venezuela ha sido la principal puerta de entrada de Ahmadinejad en la región, el principal socio comercial en esta es Brasil. El gigante sudamericano acapara alrededor de la mitad de las compras y ventas iraníes en América Latina.

En Brasil, Ahmadinejad ha encontrado también un importante respaldo para su programa nuclear. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, ha señalado que Irán tiene derecho a desarrollar un programa con fines pacíficos.

Brasil también promovió un acuerdo junto con Turquía, para un intercambio del material nuclear de Irán con el objetivo de buscar una salida al conflicto entre occidente y Teherán por el programa nuclear.

Aunque el acuerdo no pasó a mayores, fue un ejemplo de cómo la política iraní de expandir sus lazos está dando dividendos.

Liderazgo regional

Pero sobre todo, Irán ha logrado afianzar su presencia en el Medio Oriente y otros países con los que tiene lazos históricos importantes.

Paradójicamente, la intervención de Estados Unidos en Irak y su política en Afganistán le ha permitido a Teherán fortalecer su presencia en el Medio Oriente, señaló Espinosa.

"La derrota del régimen del Talibán removió el principal rival político e ideológico que tenía Irán en la zona", destacó.

Por eso, no sorprende, dice Ángeles Espinosa, que Karzai esté recibiendo ayuda iraní.

En el caso de Irak, el fortalecimiento de los lazos se produce tras el ascenso de la mayoría chiita al gobierno iraquí posterior a la invasión estadounidense.

Buena parte de los ministros en los gabinetes de gobierno tanto en Afganistán como en Irán estuvieron exiliados en Irán, hablan persa y están muy familiarizados con la política iraní.

A esto se unen los fuertes lazos que mantiene Teherán con la organización islámica Hezbolá en Líbano y su creciente influencia en el conflicto palestino-israelí, dado su mayor acercamiento con Hamas.

En Líbano, miles de personas salieron a las calles de Beirut para recibir a Ahmadinejad a inicios de este mes, durante una visita en el sur del país, bastión del movimiento Hezbolá, que le generó críticas en Occidente.

Espinosa señaló a BBC Mundo que Teherán tiene una estrategia clara para aprovechar los lazos culturales y religiosos "que lo vinculan con Líbano, Kuwait, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Omán y en sus fronteras orientales con Afganistán, Pakistán e incluso India".

Citó entre los proyectos que impulsa Irán para reforzar sus lazos con sus vecinos, el llamado oleoducto para la paz, aún sujeto de negociación, que permitirá llevar petróleo a India y a Pakistán.

De manera que en su afán por superar el aislamiento internacional de las potencias occidentales, Irán no sólo está afianzando su liderazgo regional sino que está logrando expandir sus lazos en zonas que antes ignoraba como África y América Latina.