Cuenca, la "ciudad prometida" para los estadounidenses

Cuenta la leyenda que "sólo un pequeño grupo de expatriados gravitaban por Cuenca antes de 2008".

En realidad no se trata de una leyenda, sino de un artículo publicado en Gringo Tree, un sitio de internet manejado por extranjeros residentes en esta ciudad ecuatoriana, que en los últimos cuatro años han llegado en masa: entre 4.000 y 5.000, de acuerdo con entes oficiales y organismos privados.

Según continúa la historia de Gringo Tree, esta ciudad ubicada en el sur de Ecuador, a 2.500 metros de altura, se convirtió en "el" destino mundial para extranjeros en septiembre de 2009, cuando la revista International Living, consultada por norteamericanos que planean mudarse fuera del país, la catalogó como "el principal destino en todo el mundo para retirarse".

La revista alemana Stern la calificó como el mejor lugar en América Latina para extranjeros, y National Geographic la incluyó en su lista de las 50 mejores ciudades históricas del mundo.

"Cuenca es una ciudad hermosa con varios atractivos, pero hay muchas ciudades encantadoras en América Latina. Lo que la hace especial es que cuando buscas en Google ciudades baratas para vivir, sale primera", le explica a BBC Mundo Matthew Hayes, profesor en la St. Thomas University, en Fredericton, Canadá.

Según el especialista, ubicarse primero en una búsqueda de Google implica mayor atención, y eso lo que ocurrió en Cuenca.

"No sólo pensionados"

Bandera ecuatoriana
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Entre 4.000 y 5.000 extranjeros han llegado a vivir a Cuenca.

La Alcaldía de Cuenca niega haber fomentado la imagen de su ciudad como destino para pensionados y se muestra tan sorprendida por el fenómeno como el resto de los cuencanos.

"El turismo uno lo promociona, uno crea estrategias a mediano y largo plazo. Pero en el caso de un fenómeno migratorio, se da por las condiciones de la ciudad. Durante la historia de Cuenca se ha ido formando una ciudad en donde se vive bien", le dice a BBC Mundo Dani Jara, director de Relaciones Internacionales de la alcaldía.

Mike Grimm y su mujer, Patty, viajaron a Quito en 2009 para una conferencia de la revista International Living.

"Pensábamos que en algún momento podríamos viajar y venir a Latinoamérica, a Panamá o a Costa Rica, pero de repente Ecuador apareció en nuestro radar", le cuenta Mike a BBC Mundo, en su departamento ubicado en la orilla de uno de los cuatro ríos de la ciudad.

Según el investigador Hayes, la crisis económica en Estados Unidos provocó la pérdida de trabajo de muchos mayores de 60 años, redujo sus pensiones y en algunos casos les quitó sus hogares, y Cuenca es un lugar donde todavía pueden disfrutar de un "retiro confortable".

"Creo que la crisis económica en EE.UU. de hace cuatro años tomó a la gente con la guardia baja. Comenzaron a usar sus ahorros y sus pensiones para pagar las cuentas. Nosotros decidimos que no queríamos hacer eso", dice Patty Grimm.

Para ella, quienes están llegando a la ciudad no han hecho una planificación. "Vienen acá y una vez que llegan se preguntan: '¿Y ahora qué?'. E incluso hemos visto llegar familias, parejas con sus hijos, y no son sólo pensionados", agrega.

Fantasmas y raíces

Cúpulas
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La principal razón de los estadounidenses para radicarse en Cuenca, según expertos e inmigrantes, es la crisis económica.

Uno de esos "no pensionados" es Peter Boynton, quien llegó en 2009 con su novia y su amigo Benjamin. Él y su actual socio en una compañía productora de música habían perdido su trabajo el mismo día en Estados Unidos.

Desde su arribo a Cuenca, Boynton vivió las vicisitudes que más de un joven latinoamericano ha sufrido en los países del norte. Debió trabajar como camarero hasta que su negocio prosperó, su novia tuvo problemas con los papeles migratorios y no volvió al país, y su abogado complicó su existencia en lugar de hacerla más sencilla.

"Tuve un abogado que no rompía la ley pero llevaba sus límites al extremo y tuvo problemas con el gobierno, lo que llevó a que mi compañía estuviera bajo investigación y tuve que mostrarle al gobierno que mi compañía era real".

Boynton le explica a BBC Mundo: "En 2009 llegaron muchos gringos. Para quedarse aquí y acceder a una visa era más sencillo tener una compañía con un accionista ecuatoriano, que convirtiera todo en un negocio local. Aparentemente este abogado había creado unas 30 compañías, 25 de las cuales eran fantasmas; ése no era mi caso: yo llegué aquí para empezar de nuevo, para tender mis raíces".

Este productor musical no pensaba radicarse en Cuenca sino más al sur, en Vilcabamba, pero uno de los técnicos de sonido con los que trabajaba en Nueva York era cuencano y le brindó el hogar de su familia en esta ciudad para que se quedara el tiempo que necesitara.

Cuenca es la capital del Azuay, que junto a Cañar son las dos provincias de Ecuador que más emigrantes han enviado a EE.UU. y a Europa. Muchos de esos ecuatorianos han recomendado su ciudad a los estadounidenses que dejaron su país por la crisis económica, la misma crisis que ha hecho a muchos ecuatorianos volver a su hogar.

Dos corrientes de un mismo río

Mujer con flores
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Cuenca queda en el centro-sur ecuatoriano, a 2.500 metros de altura.

Para Martha Mayes, profesora de español, la relación que se ha tejido entre estas dos corrientes migratorias -los extranjeros que llegan y los ecuatorianos que regresan- es "simbiótica", a partir de poder hablar el mismo idioma y manejar códigos similares al momento de ofrecer un servicio o realizar un trabajo.

Otros como Peter Boynton o Mike Grimm afirman que el idioma inglés no es lo único que une a estos dos colectivos, sino también una crisis económica que los golpeó por igual.

"Yo me he encontrado con conductores de taxis regresados de Nueva York y ellos me contaron que volvieron porque no se podía vivir más allá. Ellos enviaban dinero a sus familias aquí, pero sus familias tuvieron que empezar a mandar ese dinero de regreso porque ellos lo necesitaban", dice el productor musical.

"Es un tema económico. Ecuador es una nación dinámica y emergente", concluye Mike Grimm.