Desmond Tutu, la "conciencia" de Sudáfrica, se retira de la esfera pública

  • Redacción
  • BBC Mundo
Desmond Tutu

Una de las figuras más prominentes de Sudáfrica, Desmond Tutu, se retira de la vida pública este jueves, día de su cumpleaños número 79.

El arzobispo sudafricano había anunciado su retiro en julio para poder pasar más tiempo con su esposa y su familia y poder ver más críquet (juego de pelota y bate popular en regiones de influencia británica).

Ahora, dijo, es hora de dar paso a una nueva generación de líderes de Sudáfrica.

Fue arzobispo de Ciudad del Cabo y elegido por Nelson Mandela para presidir la Comisión de Verdad y Reconciliación, organismo creado en la década de 1990 para investigar los crímenes de la era del apartheid en Sudáfrica y que durante dos años documentó asesinatos, testimonios de torturados y otras atrocidades.

Ganó el premio Nobel de la Paz en 1984.

El hombre descrito como la "conciencia" de Sudáfrica fue una voz importante en su país en la lucha contra el gobierno de minoría blanca, y desde entonces ha sido motor de reconciliación en una serie de conflictos regionales.

Nación del arcoiris

Tutu fue quien acuñó la frase "la nación del arcoiris de Dios" para referirse a Sudáfrica como un crisol de diversas culturas.

Desmond Tutu y Nelson Mandela
Pie de foto, Tutu y Mandela: dos iconos de la paz.

La corresponsal de la BBC en Sudáfrica, Karen Allen, señala desde Johannesburgo que el arzobispo Desmond Tutu es un hombre ampliamente considerado como un referente moral en su país, admirado por su integridad y adorado por su risa contagiosa.

Como joven clérigo en la década de 1970, fue un crítico del régimen del apartheid. A mediados de los años 80, todavía bajo dominio de la minoría blanca, hizo campaña en los municipios. En una ocasión, se metió en la primera línea para llamar a la calma cuando una turba intentó linchar a un supuesto policía encubierto.

En tiempos más recientes, estuvo involucrado en la resolución de conflictos y ha continuado provocando algunas controversias al criticar a figuras como el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, el británico Tony Blair y el gobierno de Israel.

Aunque él insiste en que su salida tiene como objetivo despejar el camino para que florezcan nuevos talentos, sigue siendo un poderoso símbolo del orgullo de Sudáfrica.