Brasil: y la estrella de las elecciones es... Lula

  • Pablo Esparza
  • Enviado especial de BBC Mundo a Brasil
Lula en un volante de promoción electoral
Pie de foto, Lula, explican los observadores, se convirtió en la imagen de la campaña del oficialismo.

El protagonista casi omnipresente de las elecciones brasileñas no es uno de los candidatos, sino el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien desde este 3 de octubre -día de las votaciones- tendrá los días contados.

Muchos se resisten a decirle adiós y, tras la estela de Lula, los principales candidatos son vistos por algunos analistas como actores secundarios que se disputan su legado.

La constitución brasileña prohíbe que un gobernante presida el país por más de dos mandatos consecutivos, pero no pone límites a su presencia en la vida política a partir de ese momento.

"A juzgar por la presencia de Lula en los medios de comunicación, parece incluso que estuviera presentándose a la reelección. Lula fue capaz de mezclar con éxito el populismo y el carisma, además de haberse beneficiado del buen escenario económico", aseguró Joao Paulo Peixoto, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Brasilia, en conversación con BBC Mundo.

El protagonismo de Lula viene dado por una popularidad que ronda el 80%, pero también por una actividad frenética de apoyo a la candidata oficialista, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).

En este sentido, los discursos de Lula en actos electorales en la campaña de 2010 fueron más que en la de 2006, cuando él mismo se jugaba la presidencia.

El gobierno, el partido

Por otra parte, tanto Rousseff como el principal candidato de la oposición, Jose Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), articularon sus campañas en torno a la figura de Lula y en relación a su gestión durante ocho años de gobierno.

"Tras ocho años de gobierno y 30 años de lucha por la democracia, esta presencia es normal y entendemos que es totalmente coherente con lo que defiende el partido. Dilma representa a sectores del gobierno de Lula. No tiene su liderazgo desde el punto de vista personal, pero representa un proyecto", reconoció a BBC Mundo Ricardo Berzoini, ex presidente del PT y ex ministro de Asuntos Sociales del gobierno de Lula da Silva.

Que la candidata oficialista –que era jefa del gabinete del gobierno de Lula y fue designada expresamente por él para sucederle- plantee una estrategia electoral continuista, puede parecer lógico.

Pero que la oposición adopte una postura similar es incluso menos frecuente.

Dilma Rousseff y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva
Pie de foto, Lula ha hecho una campaña frenética para apoyar a la candidata Dilma Rousseff, del PT.

"Serra y Lula, dos hombres de historia, dos líderes con experiencia", rezaba un anuncio electoral del PSDB difundido hace algo más de un mes, en un intento de mostrar al ex gobernador del estado de Sao Paulo como el mejor "heredero" posible del legado de los gobiernos de Lula.

"Nuestro gobierno sería en algunos aspectos continuación del del presidente Lula. Continuaremos, por ejemplo, la política económica y monetaria (…). En salud, educación y otras materias, habrá cambios en direcciones casi opuestas (…). Ahora la campaña está en un segundo tiempo y lógicamente nos estamos centrando más en las diferencias y en presentar nuestras propuestas que en mostrar las similitudes", comentó Sergio Guerra, presidente del PSDB, en conversación con BBC Mundo.

"Sin imagen"

En las últimas semanas, con este viraje en el rumbo de la campaña, la oposición adoptó un tono más duro contra el PT.

"Dilma Rousseff no tiene una imagen propia ni ha demostrado su capacidad de gobierno. Su campaña está centrada en la gestión pasada. En principio eso ayudó a Dilma, pero que Lula eclipse a la candidata está siendo negativo para ella en esta segunda parte de la campaña", apuntó Guerra.

Jose Serra, candidato del PSDB
Pie de foto, "Serra y Lula, dos hombres de historia, dos líderes con experiencia", reza la campaña del PSDB.

Pero según algunos analistas, este cambio de discurso llega tarde, ya que el PSDB no fue capaz de presentarse como una alternativa atractiva y diferenciada del PT y de la gestión de Lula.

"La política brasileña es de candidatos, no de partidos y en este sentido, Serra sigue siendo el candidato de los ricos y Dilma, de la mano del presidente, la de los pobres", sugirió Peixoto.

"Si Serra hubiera sido más agresivo desde el principio, quizá sus perspectivas serían diferentes. Debería haber destacado los puntos en los que va a cambiar y haber explotado los éxitos del gobierno del PSDB anterior a 2002", indicó Peixoto.

En la recta final de la campaña, las encuestas continúan pronosticando una amplia mayoría para Dilma Rousseff. Según algunos sondeos, esa ventaja podría ser superior al 50%, lo cual evitaría la celebración de una segunda vuelta.

Sin embargo, para muchos, la pregunta de futuro no es solo quién presidirá Brasil después del 3 de octubre, sino si esa persona será capaz de tener una voz propia y escapar a la alargada sombra de Lula da Silva.