Hallan la caja negra del Air France que se estrelló en el Atlántico

Caja Negra del Air France

Fuente de la imagen, BEA

Pie de foto, La BEA también difundió una imágen de la cápsula que contiene los datos del vuelo.

Los equipos de búsqueda franceses anunciaron el hallazgo de los dispositivos de grabación de información del Airbus A330 de Air France que se estrelló en el océano Atlántico en 2009 cuando viajaba desde Rio de Janeiro a París.

En un comunicado, el Buró de Análisis e Investigaciones de Francia (BEA, por sus siglas en francés) confirmó que una de las dos cajas negras del aparato fue "localizada e identificada".

El BEA agregó que el dispositivo se encuentra en buen estado. El comunicado incluye además la imagen del dispositivo: un cilindro rojo que aparecía parcialmente enterrada en la arena del fondo marino.

Los expertos esperan poder escuchar las conversaciones de los pilotos y tratar así de establecer definitivamente las causas del accidente del A330 en el que murieron 228 personas.

El miércoles pasado, un portavoz del BEA le dijo a la agencia Reuters que "el módulo de memoria es como un sarcófago". "La información está muy bien protegida". Sin embargo, no está descartada la posibilidad de que el contenido del dispositivo encontrado resulte inservible.

Durante la semana, se había encontrado parte de otra caja negra, pero se trataba sólo de la carcasa y no contenía datos.

Misterio cerca de ser resuelto

El Airbus desapareció del radar el 1 de junio de 2009, cuatro horas después de despegar de Rio de Janeiro rumbo a París.

En principio, el lugar del accidente fue un misterio, pues los grupos de rescate no lograron identificar manchas de aceite o restos que indicaran dónde se produjo.

Tanto investigadores como el fabricante del avión habían advertido que sin la información contenida en esos dispositivos podría no saberse nunca qué fue lo que realmente pasó.

El mes pasado, los investigadores encontraron el grueso de los restos del avión después de una larga búsqueda que abarcó casi 10.000 kilómetros cuadrados en el fondo del mar.

Eso disparó las posibilidades de que se encontraran las cajas negras, como así se ha confirmado gracias a los robots capaces de operar a 4.000 metros de profundidad.

Con los datos, será posible comprobar la veracidad de la teoría más avalada por los expertos, la de que un posible congelamiento de los sensores de velocidad provocó que dieran lecturas inconsistentes poco antes de que perdieran la comunicación con los controladores aéreos.

Pero hay investigadores que han descartado que la caída del avión se pueda explicar sólo por una incoherencia en las mediciones de velocidad, un punto podría ser clave para que la justicia establezca responsabilidades.