Time: el voto latino decidirá quién será el presidente de EE.UU.

  • Redacción
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La más reciente edición de la revista Time.

El titular de la más reciente edición de la versión estadounidense de la revista Time tiene una particularidad: está en español y dice, en letras grandes y blancas, "Yo Decido".

La razón detrás de ese cambio repentino de idioma es que la publicación predice que los latinos con capacidad de voto, más que cualquier otro grupo poblacional de Estados Unidos, tendrán el poder de decidir quién será el próximo presidente de ese país.

Según Michael Scherer, el autor del texto de portada, una de las razones es el crecimiento de la población latina expresado en una premisa: "la demografía es el destino político".

"Durante buena parte de las últimas dos décadas, los científicos sociales han predicho que un boom de la población latina transformaría la política nacional", dice el autor.

"Los latinos ahora representan más de la mitad del crecimiento de la población de Estados Unidos y uno de cada cuatro recién nacidos en el país. Son casi el 16% del país hoy en día y serán 30% en 2050".

Según un informe de diciembre de 2011 del Centro Pew, ese aumento poblacional ha llevado a un crecimiento rápido en el número de latinos con derecho a voto.

Para 2012, más de 21,7 millones de hispanos pueden participar en los comicios, el número más alto de la historia y un aumento en más de dos millones desde 2008.

Voto en mano

Sin embargo, los números demográficos por sí solos no son suficientes para cambiar el rumbo político de Estados Unidos. Tampoco basta con que haya latinos capaces de votar.

Lo que puede cambiar las reglas de juego es que efectivamente depositen su voto, según explicó a BBC Mundo Julian Teixeira, director de comunicaciones del Consejo Nacional de La Raza (NCLR, por sus siglas en inglés), una organización que aboga por los derechos civiles de los latinos.

"Con nuestra población, tenemos la habilidad de marcar una diferencia tremenda en las próximas elecciones", señaló.

"Pero todo dependerá de la participación electoral. Podemos ser 50,5 millones, pero debemos hacer que los latinos se registren y voten para que en verdad hagan la diferencia".

El Centro Pew explicó que la participación latina en las recientes elecciones ha tenido una tendencia creciente, y un récord de 9,7 millones de latinos (50% de los electores latinos con capacidad de voto) depositaron su voto en los comicios presidenciales de 2008.

Voto indirecto

El articulista de Time explica en ese sentido que en cada elección presidencial desde 1992, el Partido Republicano ha ganado al menos alrededor de un cuarto del voto latino y el Partido Demócrata al menos la mitad. En la mayoría de los años está en juego el restante 25%.

"Si (Barack) Obama gana la mayoría (de ese porcentaje) en noviembre, podría darle la victoria en los disputados estados de Colorado, Nevada, Florida y Arizona, lo que potencialmente podría permitirle un triunfo de los colegios electorales incluso si pierde Indiana, Wisconsin y Ohio".

Estados como Florida, Texas o California tienen dos componentes importantes: una alta población de latinos y un alto número de colegios electorales.

De ahí que "los latinos no sólo son el grupo de electores que más ha crecido, sino también están posicionados en los estados claves de batalla", como explicó a BBC Mundo Brent Wilkes, director ejecutivo de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (Lulac).

Cómo ganar esos votos

Como los latinos tienen la capacidad de influenciar las elecciones, el articulista de Time explica cuál es la estrategia para ganar el voto latino: reconocer las particularidades dentro de los votantes.

"La primera regla para ganar el voto latino es darse cuenta de que es un grupo de votantes sólo en el nombre".

"Hay un idioma ancestral común que une nacionalidades, historias familiares y lealtades geográficas. Pero ahí se termina prácticamente todo".

Por eso, Scherer añade que "las diferencias locales importan, pero también aquellas cosas que diferencian a los latinos de otros grupos étnicos".

"Tienden a ser más jóvenes -con una edad media de 27- y más conservadores socialmente en temas como el matrimonio y el aborto, y son menos activos políticamente que los blancos no latinos y los negros".

Y con base en esas diferencias, Scherer explica una segunda regla.

"Cuando se trata de votar, un tema tapa a todos los demás: el respeto".

"Si un grupo siente que no es querido y que no se requiere su apoyo", le dijo a Scherer el encuestador republicano Whit Ayres, "no importa en realidad lo que se le diga después".