La estatua del rey sodomizado que no quiso exhibir un museo español

  • Redacción
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"No vestida para conquistar" de Ines Doujak

Fuente de la imagen, Leo Eloy Fundacao Bienal de Sao Paulo

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La escultura de la polémica: un perro, una sindicalista y un rey.

Describir la escultura que motivó la suspensión de una exposición colectiva en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) en medio de acusaciones de censura y una encendida polémica, es relativamente sencillo, pero requiere de varias líneas.

Y es que en ella un perro pastor alemán parece sodomizar a una mujer con casco de minero –inspirada en la sindicalista boliviana Domitila Barrios– que a su vez sodomiza a Juan Carlos I –el anterior rey de España– quien a su vez vomita flores sobre varios cascos de la Schutzstaffel: la SS nazi.

La obra tiene como título "No vestida para conquistar" y pertenece a la austríaca Inés Doujak.

Y hacía parte de la muestra "La bestia y el soberano", organizada por el MACBA y el Württembergischer Kunstverein (WKV) de Stuttgart, que estaba supuesta a inaugurarse en Barcelona hoy.

La poco digna representación del ex monarca español, sin embargo, llevó al director del MACBA, Bartomeu Marí, a solicitar a última hora el retiro de la escultura, por no considerarla "apropiada".

Y la negativa de los curadores de la muestra terminó provocando la suspensión, a último minuto, de toda la exposición.

"No vestida para conquistar" de Ines Doujak

Fuente de la imagen, Pedro Ivo Trasferetti Fundacao Bienal de Sao Paulo

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"La bestia y el soberano" pretendía explorar "cómo las prácticas artísticas contemporáneas cuestionan y deshacen la definición occidental y metafísica de la soberanía política".

"La obra se inscribe dentro de la tradición de parodia, esculturas de carnaval y caricaturas iconoclastas. No pretendía insultar a una persona privada, sino reformular críticamente una representación colectiva del poder soberano", explicaron los curadores un comunicado publicado por el WKV y compartido con BBC Mundo.

"El retiro de la pieza de Doujak no sólo habría comprometido irreparablemente todo el concepto de la exhibición sino también cuestionado nuestra visión del arte, la libertad de expresión y el rol del museo en la sociedad contemporánea", se lee en el documento, donde justifican su negativa.

"Bajo las circunstancias, el acto de cancelar la exposiciones un acto de censura", se afirma ahí.

El MACBA, por su parte, oficialmente sólo ha lamentado no haber podido llegar a un compromiso que permitiera la inauguración de la muestra "ya que, al fin y al cabo, a quien perjudica es a nuestro público y a nuestra permanente vocación de servicio".

Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona
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El director del MACBA considera "inapropiada" la obra de Doujak.

"Es difícil entender y compartir algunas decisiones. Y también es difícil explicarlas serenamente en la vorágine mediática que estamos viviendo. Estamos seguros de que encontraremos el espacio y el momento para compartir el debate que sin duda se genera después de una situación como esta", se lee en su página web.

El debate, sin embargo, ya empezó tanto en los medios como en las redes sociales.

Ahí se están discutiendo tanto los méritos de la obra de Doujak, como el rol del arte contemporáneo; los riesgos de la censura y los límites de la libertad de expresión; e incluso la relación de los españoles y sus instituciones públicas con la casa real.

Porque, de hecho, esta no es la primera vez que representaciones satíricas de un monarca español dan lugar a acciones denunciadas como "censura".

En España la idea de que la figura del rey simboliza la unidad del Estado está consagrada en la misma Constitución de 1978, donde se estipula que la misma es "inviolable".

Y, desde entonces, se considera que atacar al rey es atacar al Estado.

Por lo pronto, sin embargo, las imágenes de "No vestida para conquistar" –que ya había sido exhibida en la edición 31 de la Bienal de Sao Paulo y será presentada junto a todas las obras de "La bestia y el soberano" en el Württembergischer Kunstverein de Sttugart– se han vuelto toda una sensación en internet, incluso en la misma España.

Porque, como suele suceder en estos casos, la polémica sólo ha hecho más visible aquello que el museo no quiso presentar.